El jardín es un lugar que me interesa.
Reviendo Viskningar och rop (Gritos y susurros) de Ingmar Bergman me encuentro con ese jardín donde las hermanas pasean en sus recuerdos. Ese jardín me hace pensar en otro, ideado por Caspar David Friedrich más de ciento cincuenta años antes. Gartenterrasse es un cuadro raro en su producción, de una calma clásica. Hay una mujer que lee, una canasta, una estatua pensativa. El jardín que fotografió Sven Nykvist tiene un agregado: una bruma que lo cubre todo a partir de cierto momento, borroneando los contornos de las cosas y de los seres, también la estatua parece perderse. El banco está vacío y el árbol pierde sus hojas. Estados de la mente.