Libro El orden del mundo, de Ramiro Sanchiz (La Paz: El Cuervo, 2014; Montevideo: Fin de Siglo, 2017)
Si bien no es mi preferida (que es otra), seguramente El orden del mundo (Premio Nacional de Literatura 2016) sea a la vez la más ambiciosa y la mejor de entre sus novelas. Sanchiz logra (tal vez, cronológicamente, por primera vez) conjugar su imaginación desbordada, la desmesurada acumulación de citas y su pasión por las listas con una escritura reposada, limpia y, por momentos, deslumbrante.
Es, además una novela que tiene mucho de monstruosa, una clasificación que como crítico el autor ha alimentado de ejemplos. Tiene mucho de obra total, de esbozo de una totalidad, en todo caso, que no es más que la del sujeto, Federico Stahl, que se ha visto en un espejo roto que intenta reconstruir. Esta obra es un pedacito de ese vidrio, que tiene adherida una muesquita de aquél de más allá, que guarda un poco de la luz del otro, un fragmento de azogue del que está todavía por inventarse.
Conferencia ¿Emanciparse en redes vigiladas? La vida social de las comunicaciones, de Néstor García Canclini (FIC-UdelaR, 8 de mayo de 2017)
En una conferencia que, por la cantidad de público presente, tuvimos que oír por la transmisión en vivo que hizo UniRadio (89.1), García Canclini discurrió largamente sobre el estado actual de la comunicación, citando muy a menudo al removedor historiador de moda, el israelí Yuval Noah Harari. No he podido conversar con quienes sé que estuvieron en vivo, pero en general (salvo algunos contados momentos), la argumentación pareció bastante endeble, plagada de lugares comunes y, en general, no diferente a muchas otras que se leen por ahí.
Percibí una necesidad, como en otras áreas, de suplir lo que se ve como una falta con el uso de un vocabulario renovado, como se pudo notar en las presentaciones, que no dejaban de hacer alusión a Google o a las redes sociales o a cualquier cosa que sonara tech. Sin embargo, no parece que se esté avanzando demasiado en establecer un panorama comprensible y que a la vez ayude a entender qué está pasando hoy con la escritura, los lectores, la realidad misma, más allá de los lamentos por la pérdida de eso que una vez se llamó «humano».
Concierto Atento aos sinais, de Ney Matogrosso (Auditorio Nacional Adela Retta, 7 de mayo de 2017)
Un concierto deslumbrante, con un Matogrosso acompañado por una banda perfecta que no paró de bailar, de cantar y se dejó mimar por un público agradecido y querendero. Todo, como en cada gran espectáculo, condimentado con provocaciones amorosas, hermosos vestuarios y colores, y una capacidad asombrosa para maravillar con la voz.
Película The Silence of the Lambs, de Jonathan Demme (Estados Unidos, 1991)
No en tono elegíaco, motivado por la reciente muerte del director, sino por cuestiones laborales, volví a ver (por décima vez) una de las películas de ¿terror? más admiradas de la historia del cine. Acto seguido, cometí tal vez el error de meterme de lleno en la crítica, a menudo sesgadísima. Más allá de estas puerilidades, con renovado estupor compruebo que, aun tras el majestuoso y bestial Hannibal Lecter de Mads Mikkelsen, el de Anthony Hopkins sigue siendo terrorífico y encantador, y que no hay mejor Clarice Starling (por más que me pese, Julianne Moore) que Jodie Foster.
Estoy leyendo An Intellectual History of Cannibalism, de Cătălin Avramescu (Princeton: Princeton University Press, 2009)
Cătălin Avramescu propone en este libro, que estoy leyendo como natural consecuencia de la revisión de The Silence of the Lambs, la inmersión en un mundo fascinante, tomando al antropófago como el sujeto capaz de traer a la luz una naturaleza profunda y violenta que, en última instancia, nos ayuda a comprender mejor el origen y los límites de nuestra civilización.
Estoy oyendo Como un golpe de rayo, playlist de Caja Negra
Como forma de promoción del libro Como un golpe de rayo. El glam y su legado, de los setenta al siglo XXI, de Simon Reynolds, recientemente publicado, la editorial argentina hizo esta maravillosa playlist de glam rock en la que parece no faltar nada.