Película Wilson, de Craig Johnson (Estados Unidos, 2017)
Inspirada en la novela gráfica homónima de Daniel Clowes, la película se centra en el personaje que le da nombre (interpretado por Woody Harrelson), un hombre de mediana edad a la vez inocente y desconfiado. Su viaje, tras reencontrarse con su ex mujer (la genial Laura Dern) y con su hija, cuya existencia desconocía, es una mezcla lograda de comedia y drama. No obstante, aunque al principio la historia promete mucho y cumple bastante, la promesa se pierde hacia la segunda mitad en un guión flojo y una trama que avanza, parece, a los empujones y que ni siquiera la presencia de actrices carismáticas como Judy Greer y Cheryl Hines puede rescatar.
Libro Teoría King Kong, de Virginie Despentes (Barcelona: Melusina, 2007)
Publicado en francés en 2006, Teoría King Kong es un libro extraño, que desde su hibridismo se lee con asombro, como el Testo yonqui (2008) de Paul B. Preciado, por esa época pareja de Despentes y traductor al español de la edición de Melusina. Es a la vez texto crítico, ensayo, memoria y programa, y se ha vuelto ya un clásico de la literatura feminista. Su autora, reconocida por sus posturas fuertes y a contracorriente del bien pensar y de la corrección política, a veces peca de una superficialidad un poco vanidosa, de la que ha dado cuenta Celeste Murillo en una interesante reseña. Más allá de las posibles críticas a este «manifiesto sin estrategia», el texto en sí tiene una cualidad liberadora, que sigue el camino que de alguna forma fundara Virginia Woolf en 1929 con A Room of One’s Own, y es un libro crucial para comprender el mundo contemporáneo.
Película Okja, de Bong Joon-ho (Corea del Sur y Estados Unidos, 2017)
Atraído por la polémica que rodeó al octavo largometraje de uno de los cineastas coreanos más reconocidos de la actualidad (a raíz de su producción por la compañía de streaming Netflix y su avant premiere en Cannes) me acerqué a Okja lleno de dudas. Primero, sobre qué es digno de estrenarse en Cannes y qué no; luego, sobre por qué Netflix no y otras compañías similares sí; finalmente, sobre cuál es hoy el límite entre la «televisión» y el «cine». Tras su accidentado paso por el festival, el 28 se estrenó para todo el mundo. Con un elenco con grandes nombres como Tilda Swinton y Jake Gyllenhaal, el film es una mezcla rara entre comedia, drama, película infantil y ucronía.
Es 2017 pero existen unos inmensos cerdos, para ser más claro. La historia se centra entonces en una serie de preocupaciones, como son la alimentación y el impacto medioambiental, a través de una fábula en torno a estos seres creados genéticamente. Intencionalmente o no, sin embargo, parece ser una parábola torcida sobre el animalismo que comienza a permear el sentido común global. Al final, no se entiende bien si hay que reír o llorar, si los personajes son inteligentes o idiotas, heroicos o narcisistas. Plagada de momentos que fuerzan la verosimilitud hasta el extremo, de personajes grandilocuentes y patéticos, de emociones y sacudidas, Okja se pasea por los distintos clichés (el monstruo en la ciudad, la pureza del «hombre natural», la maldad del capitalismo) y, al final, se transforma en algo así como una parodia de sí misma, lo que no es necesariamente (en este caso, al menos) una debilidad.
Disco Anthology – Le nostre anime, de Franco Battiato (Universal Records, 2015)
La trayectoria artística de Franco Battiato difícilmente pueda resumirse en tres CDs, como los que componen la edición standard de esta antología. Tampoco en seis CDs y cuatro DVDs, como los de la deluxe. Menos aún en estas pocas líneas. Sin embargo, la compilación, que incluye temas clásicos, inéditos, nuevas versiones (con dúos con Anonhi, Mika o Alice) y nuevos mixes, es imprescindible para tanto conocer a su autor, uno de los más grandes de la música contemporánea, como para seguir disfrutando y descubriendo nuevas de sus múltiples facetas.
Libro La cinta cinematográfica, María Elena Crosa de Roxlo (Montevideo: Gegen, 2017)
Hace unos días Gegen Press anunció dos nuevas colecciones: Cuadernos de Crux Desperationis y Cuadernos de Pre-cine y Cine, dedicadas, respectivamente, a edición de literatura conceptual y experimental y de textos relacionados con el nacimiento del séptimo arte y su fase silente. El primer número de la segunda, dirigida por Georgina Torello, es un breve cuento de María Elena Crosa de Roxlo, originalmente publicado en 1913, en el libro de A través de la vida.
Con una presentación doble (en forma física, de cincuenta ejemplares; y en PDF, de distribución gratuita e ilimitada), el librito se propone como la recuperación de un gesto inaugural. A partir del título, que otorga un carácter fílmico a la historia (una historia de amor y venganza bastante convencional, escrita un poco torpemente), Crosa de Roxlo convierte su cuento en un precursor, en primer lugar, de las ficciones cinematográficas de Horacio Quiroga, luego, de todos los que desde este país se han animado a hacer cine y, finalmente, de aquellos que, como Torello, han incursionado en su estudio.
Cuadro Selbstbildnis (Akt in ganzer Figur), de Richard Gerstl (1908)
A través de un informadísimo artículo de Axel Ross publicado en The New Yorker me entero de la existencia de Richard Gerstl, pintor vinculado al expresionismo nacido en Viena a fines del siglo XIX (en 1882, para ser exacto), cuya vida parece (como tantas de esos tiempos) una apasionada novela. Sus autorretratos, inspirados en el gesto de Van Gogh, son perturbadores, como de alguna forma lo son también los últimos de Pierre Bonnard. Su último cuadro, que se reproduce bajo estas líneas, fue pintado el 12 de setiembre de 1908, cuando tenía veinticinco años. El 4 de noviembre, Gerstl se desnudó, ató un lazo sobre un espejo y se colgó.
Cine Maren Ade (1976)
Llegué tarde, pero llegué. A principios de este año vi Toni Erdmann (2016), una película cautivante en sus casi tres horas de duración. Después comencé por el principio, con el largometraje debut de la cineasta alemana, Der Wald vor lauter Bäumen (2003), la historia de una mujer joven, profesora, amante frustrada, amiga posesiva, y sus relaciones con las personas que no parecen comprenderla o acaso la comprenden demasiado. La segunda, Alle anderen (2009), pone a una pareja en un entorno también aparentemente hostil para explorar el amor, la soledad, la ambición y el desengaño. Ade pone a sus personajes al borde y los moldea desde ese abismo, forzando los límites de la comunicación y del entendimiento. Son mujeres y hombres que tienen mucho de patético, mucho de odioso y, finalmente, mucho de nosotros.
Estoy viendo The Handmaid’s Tale, de Bruce Miller (Estados Unidos: Hulu, 2017)
Basada en la famosa novela de Margaret Atwood de 1985, que ocupa (o debería ocupar) junto a los clásicos de Aldous Huxley, George Orwell y Ray Bradbury un lugar central entre las «grandes distopías» del siglo XX, la serie se estrenó hace unos meses en el sitio web de streaming Hulu. Esta semana vi los dos primeros capítulos (de los diez que componen la primera temporada, que ya terminó).
En un ambiente oscurísimo, denso y frío, que choca como anacrónico por su combinación (perfectamente explicada en la historia) de elementos que parecen del siglo XIX con tecnología del XXI, la serie sigue a Offred (interpretada por la increíble Elisabeth Moss) en su día a día en un mundo pesadillesco y teocrático.
Habrá que ver como sigue, pero en esta introducción ya se puede ver lo angustiante y lo opresivo que la novela explora tan bien, así como varias facetas del país en el que se ha convertido Estados Unidos. La indagación en uno de los temas más acuciantes de la actualidad, la fertilidad, se vuelve una obsesión y se lleva (como la novela de Atwood, que en parte es también, como sostiene Jill Lepore, una actualización de la autobiografía de 1861 de Harriet Jacobs, Incidents in the Life of a Slave Girl), hasta su extremo más perverso, sin dejar de lado un peculiar sentido del humor, que hace más liviano el viaje.
Estoy leyendo Diamelas a Clementina Médici, de Marosa di Giorgio (2000)
Publicado por primera vez completo en Los papeles salvajes por la editorial argentina Adriana Hidalgo, el poema es probablemente de los más íntimos de la inasible poeta, escrito tras la muerte de su madre, que da título a un poema-río que reverbera y crece con los años.
Estoy oyendo Rumi (Molaviyeh) – Persian Classical Music, de Shahram Nazeri (Souroush Media, 2011)
La existencia es un reflejo doloroso, un sueño de opiómano, un poema de Rumi cantado por Shahram Nazeri, el ostinato del zarb hace vibrar ligeramente el cristal bajo mis dedos como la piel de la percusión, debería proseguir con mi lectura en lugar de mirar al señor Gruber desapareciendo bajo la lluvia, en lugar de prestarles mis oídos a los melismas arracimados del cantante iraní, cuya potencia y timbre podrían ruborizar a tantos de nuestros tenores. Debería parar el disco, imposible concentrarme […] Y ahora el disco se acaba. Qué fuerza en este fragmento de Nazeri. Qué sencillez mágica, mística, esa arquitectura de percusión que sostiene la lenta pulsación del canto, el ritmo lejano del éxtasis ansiado, un zikr hipnótico vertido en el oído que te acompaña durante horas.
¿Quién puede resistirse a esta invitación, tomada del primer capítulo de Brújula (2015), la novela de Mathias Énard?