
«Au vieux jardin», de Richard Aldington
Me he sentado feliz en los jardines,
a mirar el estanque calmo y los juncos
y las nubes oscuras
que el viento del aire superior
rompió como a las verdes ramas cargadas de hojas
de los árboles del fin del verano;
pero aunque encuentro gran placer
en estos y en los nenúfares,
lo que más me acerca al llanto
es el color rosa y blanco de las suaves piedra lajas,
y el pálido pasto amarillo
entre ellas.
«Nocturnos», de Skipwith Cannell
I
Vuestros pies,
que son como pequeños, plateados pájaros,
han determinado placenteras vías;
por ello os seguiré,
Paloma de los Ojos Dorados,
sobre cualquier senda os seguiré,
porque la luz de vuestra belleza
brilla ante mi como una antorcha.
II
Vuestros pies son blancos
sobre la espuma del mar;
sostenedme, rápido, Cisne reluciente
no sea que tropiece y me hunda,
y en…
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