Cuaderno de Afuera: «La errata voluntaria», por Francisco Álvez Francese

Afuera

No sé cómo será ahora, pero cuando cursé, hace ya algunos años, la carrera de Letras en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República, los modelos a seguir eran, por un lado, Ángel Rama y, por el otro, Emir Rodríguez Monegal. No se hablaba, prácticamente, de la Idea Vilariño crítica, y menos de los ensayos de Ida Vitale, por mencionar dos figuras más de la llamada «generación del 45», así como no se leía tampoco, en este sentido, a Carlos Martínez Moreno o a José Pedro Díaz. Los Caín y Abel de la crítica vernácula, sonaban todavía en los oscuros pasillos del local de Magallanes y Uruguay las anécdotas de las heroicas peleas de Rodríguez Monegal y Rama, de sus apasionadas discusiones en torno a un libro o acaso a una persona o tal vez, mejor, a nada. Aparecían como dos formas de la labor intelectual: el…

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