Entre cartas con Amalia Nieto, Federico García Lorca, Emily Dickinson y Silvina Ocampo

Estoy desde hace meses sumergido en cartas.

Vivo fascinado por su composición sinuosa, por su forma de ser a la vez tan personales y distantes. Muchas veces ni siquiera me importa cuan bien (o cuan mal) me cae el autor: puedo dejarme encantar de igual manera por las recientemente editadas correspondencias de mi adorado Felisberto Hernández como por las del no tan querido Ángel Rama. Me dejo llevar por el modo en que esas cartas dan nombres de un mundo muy específico y muerto, me obsesiono con los detalles más mínimos, busco paralelismos, armo genealogías mentales, dibujo sobre el plano del mundo otro mundo hecho de las sensaciones que dejaron estas personas —tan distintas entre ellas y a mí— de sus días, acumulo en carpetas mentales los dibujos que hacía Amalia Nieto en los márgenes de…